viernes, 17 de abril de 2009

EL ALFILER... UNA REALIDAD MACHISTA... (Un cuento de Ventura García Calderón)

Desde la antigüedad hasta nuestros días, las mujeres han venido sufriendo una serie de atropellos a sus derechos como seres humanos. El hombre siempre ha creído tener poder sobre ella, ha creído ser superior a ella y por consiguiente ha creído tener el derecho de violar sus derechos, incluyendo su derecho a la vida. En tiempos antiguos la mujer ha sido considerada como un objeto capaz de pasar de “mano en mano”; esto lo podemos ver, por ejemplo, en lo que antes se acostumbraba; los padres tenían la potestad de arreglar los matrimonios de sus hijas y desposarlas con el varón que ellos consideraran conveniente sin importar los deseos de ellas. La mujer desde que nacía estaba bajo el mando de su padre y tenía que obedecerle en todo, al alcanzar la edad para contraer matrimonio, ésta tenía que estar bajo el poder de su esposo. Por otro lado la infidelidad era altamente castigada cuando de una mujer se trataba, debido a que esto significaba una humillación no sólo para el esposo, sino también para el padre. Sin embargo cuando era el esposo el infiel, las cosas eran completamente distintas.

Ventura García Calderón, en uno de sus más reconocidos cuentos “El Alfiler” nos muestra esta realidad. Don Timoteo Mondaraz entrega a su yerno Conrado un alfiler, haciéndole prometer que si su hija Ana María le era infiel, la mataría. Ésta es una realidad de tiempos antiguos, propia del modernismo, corriente literaria que huye del realismo y lo cotidiano para sumergirse en mundos pasados. En este cuento, García Calderón, deja de lado la descripción de los paisajes y los ambientes, para centrarse en sus personajes; nos muestra una combinación entre los sentimientos sublimes con la rudeza de las distintas personalidades; por ejemplo Timoteo Mondaraz al enterarse que su hija Grimasea había muerto muestra su lado sensible y llora; sin embargo al descubrir la forma y la razón por la que había muerto (había sido asesinada con un alfiler por su esposo debido a que ésta le había sido infiel); en lugar de reclamar a su yerno por lo que había hecho, lo apoya, defendiendo su honor masculino, entregándole a su otra hija y haciéndole prometer que haría lo mismo con ella si ésta cometiera la misma falta. Por otro lado encontramos el sufrimiento silencioso de Conrado Basadre, que queda al descubierto en el momento en el que Don Timoteo Mondaraz le muestra el alfiler con sangre.
Estamos frente a una realidad que no toma en cuenta los derechos de la mujer, mucho menos el valor más importante que es el de la vida. El hombre podía castigar a su mujer de la forma que él mejor pensaba por la falta que ella había cometido. El honor y la dignidad masculinos era lo más importante en la época; la mujer que se atreviera a desobedecerlos debería ser crudamente castigada. Se deja de lado los sentimentalismos de todo tipo, como el amor del padre a su hija. Lo único importante es el valor masculino, que no puede ser humillado. En el cuento no existe ningún tipo de reclamo de Timoteo Mondaraz hacia su yerno Conrado por haber asesinado a su hija. Al contrario existe un apoyo, una aceptación, con un toque de turbación, que no necesariamente es por la muerte de Grimasea, sino más bien por la falta que esta cometió.

El trato de Timoteo Mondaraz hace con su yerno queda en un profundo secreto, así como en secreto quedó también la infidelidad que Grimasea cometió (“– ¿Nadie lo sabe? – No, mi padre.”). Este hecho nos deja en claro también cuán importante era el honor de un hombre; así como el juramento que Conrado hace de matar al administrador, hombre con el que su esposa había cometido la falta (“– ¿Fue con el administrador? – Sí, mi padre. – ¿Por qué no lo mataste también? – ¡Huyó como un cobarde! – ¿Juras matarlo si regresa? – Sí, mi padre.”).
Es importante mencionar que todo esto era permitido en la época. No era delito matar a una mujer por infidelidad o si el esposo o el padre, o la persona que estaba a su cargo lo decidiese de tal modo.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Me ha encantado tu critica hacia esta obra.Personalmente opino lo mismo. Gracias me ha servido bastante.

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